Un Golpe Inesperado
La sorpresiva derrota frente a Talleres fue sólo una muestra más de las limitaciones que tiene Boca. Las mismas que sufre desde hace un tiempo largo y a las que no parece poder encontrarles la vuelta.
La bronca del conjunto xeneize pasa por haber desperdiciado la oportunidad de sacarles seis puntos de ventaja a sus inmediatos perseguidores, más aún en un partido que se presentaba accesible en los papeles. Hubo errores individuales, carencias en lo colectivo para reaccionar ante la adversidad y hasta decisiones equivocadas en el planteo, especialmente por el desequilibrio defensivo generado previo al segundo gol. No había necesidad de asumir tanto riesgo por ir a buscar el triunfo.
La falta de garantías de la zaga central ya no es noticia. Es el principal déficit del equipo y en el plantel no hay futbolistas que estén a la altura en aquel sector. El problema es que a Boca le alcanza con lo que tiene para destacarse en un fútbol argentino que lo enfrenta a rivales demasiado limitados. Si quiere prepararse para objetivos trascendentales necesitará de una vez por todas adquirir inteligencia, seguridad y sólidez. Puede llegar a pagar un precio muy caro si no lo logra.
En los dos goles de Talleres se observaron fallas importantes. En el primero cuesta entender cómo se dejó abierto el resultado si ya se jugaba tiempo adicionado, pero lo más grave fue el flojo retroceso frente a un simple rechazo. Y el segundo se originó por una nueva ingenuidad de Peruzzi en la marca que provocó la inexplicable salida en conjunto de Vergini e Insaurralde, quienes se olvidaron por completo de sus espaldas. Allí debía estar Fabra, pero el colombiano tampoco apareció.
En definitiva , el conjunto xeneize deberá mejorar el trabajo defensivo y tener mayor solidez si no quiere seguir dejando puntos por el camino que al final del torneo le puedan costar muy caro.