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El Ebook y la literatura en el futuro


 

Aún recuerdo aquellas tardes en las que iba a las ferias del libro de Lima (no sé cuántos años tenía pero era aún muy joven) y como un buscador de tesoros me abalanzaba sobre lo libros (viejos y nuevos, amarillentos y refinados) buscando las historias que me hicieran viajar, pensar y sobretodo soñar. Abría los libros, los ojeaba e incluso los olía, ya que algunos desprendían de sus hojas unos olores para mí mágicos. Luego, con cada mano llena de un buen número de ellos regresaba a casa para ordenarlos y leerlos uno por uno para que después formaran parte de un estante que cuidaba con ritual religioso. Me gustaba verlos ahí y sobretodo saber que quizás, en algún tiempo cercano, volvería a leerlos.

 

oy, ese ritual si bien no se ha extinguido ha cambiado para los chicos que ahora tienen la edad que yo tenía en ese entonces. Uno entra a un buscador, escoge el libro y con dos clics (exagero un poco ya que son necesarios más) ya puede tener el “ebook” (libro electrónico en el formato que sea) en su “Kindle” o su “Tablet” y leerlo. Todos los libros posibles en un mismo dispositivo. Ya no olor de páginas ni estantes donde verlos. Todos se encuentran sumergidos en los ceros y unos digitales de cada computadora disponible, viviendo así un cambio en la manera de distribuir literatura y en la literatura misma.


Revisando un poco, tan solo como referencia, una página de estadísticas (de.statista.com) uno puede darse cuenta de algunos datos muy interesantes: Tomemos como referencia dos países Alemania y Argentina. En Alemania entre el 2010 y el 2014 la cantidad de “ebooks” vendidos creció de 1,9 a 24,8 millones de ejemplares, el pronóstico para el 2020 será de 869 millones de euros en facturación solo por cuestión de “ebooks”. En Latinoamérica la facturación es bastante menor comparada con un solo país, aun así se vislumbra una tendencia muy interesante. La facturación estimada en el 2016 será de 189 millones de euros (en Argentina se estima en 31,8 millones de euros) y el pronóstico para el 2020 será de 672,9 millones de euros para Latinoamérica y de 133,4 millones de euros para Argentina. Si bien estas cifras solo se deben tomar como referencia indican una tendencia innegable. El “ebook” no va a desaparecer sino que será el medio del futuro.


Hay una sola (desde mi punto de vista) gran diferencia comparada con el pasado pero que no debe de dejarse de lado. Si bien antes, las editoriales solo podía apostar por la experiencia de sus editores, el olfato del mercado y del sentimiento actual y apostar por autores buenos y algunos nuevos, en si era muchas veces un salto al vacío. No se sabía quién leía los libros o quienes los compraban. No sabían si terminaban de leerlos o si simplemente los dejaban de lado. No sabían a qué hora los leían o con que intensidad. Todo esto podrá saberse ahora dado que el formato digital permite un seguimiento muy intensivo de los hábitos de lectura de las personas proporcionando información de primera mano (y valiosísima) a las editoriales.



Como todo en la vida hay un lado bueno y un lado no tan bueno. El lado bueno, que la difusión de la literatura se ve beneficiada y sobretodo se abren las puertas a muchos escritores jóvenes que pueden ver sus ideas e historias plasmadas de manera rápida en el mercado. El lado no tan buen es que las editoriales solo den al mercado lo que el mercado quiere, proporcionando solo las soluciones en base a las estadísticas de compras. Negando quizás (sin quererlo o queriéndolo) que nuevos autores o nuevas ideas se propaguen si es que estas no van de acuerdo a lo que el mercado quiere. Desde el famoso “boom” latinoamericano no ha habido una revolución general de literatura en el continente. Han habido escritores geniales que bien merecen una mejor distribución no solo a nivel local sino a nivel continental. Y es ahí donde el “ebook” puede prestar un servicio notable a la literatura sudamericana permitiendo que nuevos autores puedan ver sus libros más rápidos en el mercado, permitiendo un mejor control de las regalías y para el lector es mucho más sencillo llevar un solo dispositivo que diez libros cuando se va de viaje y sobre todo a la hora de la mudanza.


Sea la forma que sea, la literatura no debe dejarse encasillar en medios y ser difundida por todos los medios disponibles. Los autores no deben dejarse encasillar en el mercado sino escribir lo que sus corazones le digan y lo que la sociedad necesita. Pero a la vez evolucionar acorde a los tiempos. Hoy por ello se habla de la Nueva Literatura Argentina y el Perú vivió no hace mucho tiempo una avalancha de premios para autores peruanos, pero dejando las corrientes (como el indigenismo o el pesimismo de finales de los ochenta) vemos una forma de entender la literatura ambientada en los medios modernos, utilizando no solo los medios sin incorporándolos en el proceso creativo (la utilización de los “blogs” y las redes sociales han influenciado mucho en la manera de leer y escribir) y también incorporando temas nuevos y dramas nuevos en el ambiente cultural de cada país. Y es ahí, donde debe estar la simbiosis de lo nuevo y lo tradicional. Tanto para la creación como para la distribución de literatura de buena calidad en el continente.

El “ebook” debe de ir de la mano con el aumento de calidad de la literatura en el continente. Se le debe dar mayor distribución y apoyo a medida que el alcance a los medios vaya creciendo en Sudamérica y debe de ir unido con una nueva generación de autores que aprecie y utilice los medios disponibles. Solo así, juntos, de la mano se podría ir poco a poco entrando en el nuevo orden (que ya está aquí) sin dejar de lado todo aquello que hace de la literatura sudamericana única en el mundo.


Echterdingen (Alemania), Marzo 2016


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